Lo vivido en estos últimos dos días en la selección española de Fútbol es a mi entender un buen ejemplo de cómo el liderazgo de un equipo puede perderse de golpe y por una sola decisión.
Hay quien culpa al club que le hizo la propuesta, o al presidente que decidió despedir a Lopetegui, pero lo cierto es que en este desastre solo hay un culpable: el líder que por el hecho de serlo, debió decir NO a la tentadora propuesta que recibía.
El capitán del barco, el que tiene que tener a todos unidos y concentrados por la misma causa, el que tiene que tener la visión trascendente por encima de todos, para que todos respeten sus decisiones no puede romper nunca el compromiso con su equipo, y eso es precisamente lo que hizo Lopetegui, rompiendo en migajas su liderazgo con una sola decisión.
Seguramente cuando tomó su decisión, pensó que le dejarían seguir en su puesto durante el mundial, pero se equivocó. Se equivocó él, los jugadores y todos aquellos que pensaron que después de una error de ese calibre todo podía seguir igual.
Además de poner a su jefe al pie de los caballos con su decisión, el trato con su equipo hubiera cambiado radicalmente si le hubiesen mantenido en el puesto, porque muchos pondrían ya en cuestión su motivación trascendental, y por tanto sus decisiones estarían siempre en cuestión, cuando antes se había ganado precisamente lo contrario: que sus decisiones no se cuestionasen.
No me parecieron muy profesionales las declaraciones del presidente de la federación cuando destituyó a Lopetegui, ni su semblante de orgullo y de enfado, ni las razones que expuso para hacerlo, aludiendo más a las formas que al fondo de la cuestión, cuando claramente el error ha sido más de fondo que de forma y por ello, en su responsabilidad, no cabía otra decisión posible que destituir de inmediato al líder
Si Lopetegui hubiera sido el entrenador durante este mundial, todas sus decisiones se pondrían en duda, y no solo por la prensa, sino por muchos de sus jugadores (aunque no lo reconociesen en público) dado que la duda sería instintiva: ¿pero esta decisión la toma por el equipo o por su futuro equipo?
Desgraciadamente en el mundo mandan casi solamente los resultados. Por ello si los nuestros meten muchos goles, el presidente y el actual entrenador serán encumbrados, y si la pelota no entra, el presidente será maldito por la decisión que ha tomado con Lopetegui.
Independientemente de si entra o no la pelota, desde el punto de vista de liderazgo, todo esto tenía una única solución. Recién renovado su contrato, precisamente para reafirmar su liderazgo, y a tres días del comienzo de la batalla para la que llevas años preparando a tu equipo la respuesta del líder solo podía ser una: lo siento pero No puede ser.
Creo que esta pésima decisión va a dificultar incluso el liderazgo de Lopetegui en el futuro… porque en cuestión de liderazgo, todas las decisiones son importantes y todas se deben tomar con el ejemplo para los tuyos como una de las prioridades. Seguramente ya se esté arrepintiendo, y con seguridad se arrepentirá en el futuro de la decisión tomada. Y todo por el miedo a perder un tren… creo que los buenos líderes no temen perderlo, saben que tomando las decisiones correctas, pasarán muchos más trenes…y alguno pasará en el momento oportuno