Empiezo recapitulando el estado en el que teníamos el trabajo en el último blog sobre el desarrollo de un plan de empresa o de negocio que subimos al blog el pasado 27 de mayo con el título ¿Dónde ves tu empresa dentro de tres años? Ese post desarrolla como responder a la pregunta V del formulario de Convinze, y pone al emprendedor en distintos escenarios de riesgo/beneficio/deuda para que vea dónde se siente más identificado. A continuación, y como en post anteriores habíamos priorizado nuestros mercados potenciales, encuestado a los mercados prioritarios en función de nuestras posibilidades, fijamos los criterios con los que establecer los escenarios idóneos para proyectar las ventas.
Teniendo las proyecciones de las ventas estamos en disposición de proyectar y soportar los costes y gastos de ambos escenarios. Pero para proyectar bien los gastos generales hemos de conocer cuál será el rol del emprendedor dentro de la empresa.
Es muy común en las Pymes que el emprendedor tenga por definición o por obligación que asumir toda la responsabilidad comercial y directiva del proyecto cuando seguramente no esté preparado para ello o lo que es peor: puede que el emprendedor no valga o no le guste asumir estas responsabilidades. Muchos emprendedores consiguen generar valor con el desarrollo de sus ideas o productos, pero son incapaces de comercializar o rentabilizar el valor generado.
En mi opinión esta es la causa de gran parte de los fracasos de las empresas en sus primeros años y a mi entender se debe profundizar en este asunto durante el desarrollo del plan de negocio. Nosotros acometemos el asunto con el emprendedor acercándole un poquito al autoconocimiento de sus competencias mediante el test de inteligencias múltiples de Gadner y un formulario interno bastante más directo. Lo que pretendemos es que el emprendedor profundice en sus capacidades y en sus deseos en el desarrollo de la empresa.
Después de las evaluaciones, y las conclusiones y reflexiones que se deriven de ellas, el emprendedor debe decidir cuáles son las responsabilidades y capacidades que va a asumir dentro de la empresa, y por ende cómo va a prepararse para asumirlas, y cuáles de esas responsabilidades y capacidades va a delegar, previendo consecuentemente los costes tanto de contratación como de formación.
El emprendedor puede (y en muchos casos debe) ser el dueño de la empresa y presidir el consejo de administración y sin embargo delegar las responsabilidades en un gerente o director general, mientras el emprendedor se limita a nivel ejecutivo a liderar el i+d de la organización.
Soluciones de este tipo también obligan al emprendedor a formarse para saber mantener con el gerente ese doble perfil de subordinado durante la ejecución y de jefe durante los consejos de administración, y por supuesto pueden ocasionar situaciones conflictivas en el caso de que los roles no se sepan manejar correctamente, pero aseguran algo que en los años iniciales de la empresa es sustancial: que se cuenta con las capacidades necesarias para trabajar y competir con la responsabilidad y experiencia necesarias.
Una vez tomadas las decisiones al respecto (que por supuesto el emprendedor podrá cambiar en el futuro, pero que nos permiten proyectar el equipo directivo con más coherencia), en el siguiente apartado de las diez cuestiones clave para desarrollar un plan de empresa realista y coherente será diseñar el equipo directivo, la plantilla necesaria y el tipo de personal a contratar para que sea también coherente con lo que el emprendedor pretende de la empresa y con su estilo de hacer las cosas. Este será el último paso antes de proyectar los costes y empatarlos con los escenarios de venta proyectados.