Realizar propuestas concretas es lo que suelen solicitar los gobernantes y responsables de legislar a quienes somos críticos con su forma de hacerlo.
Un Estudio de la OCDE del año 2.015 refleja que el 76% de las empresas españolas superan el primer año y solo un 29% llegan a superar el quinto año de vida. Una de las formas de trabajar en el incremento del emprendimiento a corto plazo es mejorar sustancialmente estas estadísticas. Si lo conseguimos cambiaría la visión de los jóvenes sobre la oportunidad de emprender.
No pretendo dramatizar con estos datos, yo en esto, como los norteamericanos, soy de los que pienso que los fracasos son parte del camino y son necesarios para poder alcanzar la meta, pero es importante tener estos datos en cuenta para entender porqué es tan difícil que es obtener financiación en capital.
Los departamentos de riesgos de las empresas financieras orientadas a invertir en nuevas empresas mirarán los proyectos con bastante desconfianza teniendo en cuenta las demoledoras estadísticas anteriores. El problema, por tanto, para la obtención de la financiación está mucho más centrado en la calidad de los proyectos, que en la falta de dinero para invertir. Si un préstamo participativo se devuelve en cinco años y solo el 29% de las empresas llegan hasta entonces, los filtros que se pondrán a la financiación de los proyectos serán muy exigentes, no tanto en términos de rentabilidad como de seguridad, calidad en los análisis y las proyecciones, y número de incógnitas despejadas.
Y desde este enfoque, sería oportuno tomar medidas para mejorar de forma sustancial las estadísticas de supervivencia de las empresas jóvenes, y desde el que propongo tres medidas concretas:
- 1º.- Fomentar por la vía de la financiación que los emprendedores contraten la ejecución de los planes de negocio con consultores preparados para ello. Creo que la política que hasta ahora se ha llevado de acompañamiento por parte de la administración, incluso de desarrollo de herramientas para facilitar al emprendedor el desarrollo del plan no es efectiva. Se necesita un conocimiento y una dedicación grandes para que los planes de empresa sean serios, coherentes y convincentes y el emprendedor, generalmente, no conseguirá la calidad necesaria desarrollando él solo el documento aunque esté asesorado por algún empleado público que en el mejor de los casos tendrá la preparación necesaria, y dedicará 3 ó 4 horas a dicho asesoramiento durante todo el proceso.
Pero el desarrollo completo de un plan de negocio es un proceso costoso y los emprendedores tienen que financiar parte del coste hasta la obtención de la financiación del proyecto. Se trataría de una financiación muy necesaria y de poco plazo. Ahora de lo que se trataría es de asegurar que la financiación se consigue y para ello propondría dos medidas complementarias:
a.- hacer un flitro inicial de los proyectos ayudando a que la idea inicial tome un cuerpo más coherente en el caso de que no lo tenga desde el principio.
b.- controlar los resultados de los consultores contratados en términos objetivos. Por ejemplo: el tanto por ciento de planes redactados que obtienen financiación. Se debería contar con una media y no adjudicar a consultores que no la superasen, o adjudicar de forma proporcional a esos resultados objetivos.
- 2º.- Abandonar la manía de querer convertir a los emprendedores en gerentes. Desde la mayoría de las entidades y agentes de fomento del emprendimiento se asocian los dos conceptos y es un error grave además de común.
Lo importante es ayudar al emprendedor en su autoconocimiento, en la detección real de sus fortalezas y debilidades, para que desde este conocimiento él decida su rol dentro del proyecto.
En muchos casos, será mucho mejor que el emprendedor no sea gerente, ni siquiera director en la empresa y trabaje por ejemplo en el desarrollo de nuevos productos, o simplemente dirija el consejo de administración y trabaje en el desarrollo de otros proyectos. En el caso de personas muy creativas e inteligentes y fruto de ello y generalizando bastante caóticas y desordenadas, cualquiera de estas dos soluciones es más positiva para la futura empresa y para la felicidad del propio emprendedor.
En cualquier caso de lo que se trata es de facilitar el autoconocimiento del emprendedor y la toma de decisiones al respecto y que derivarán en la confección de un organigrama, un plan de contrataciones, o un plan de formación más realista y que los que suelen acompañar la mayoría de los actuales planes de empresa.
- 3º.- Ayudar al emprendedor a determinar el momento idóneo para desarrollar el plan de empresa. Para ello los plazos en la financiación detallada como primera deben ser lo suficientemente flexibles. Para poder realizar bien un plan de negocio el producto/servicio a ofertar debe estar lo suficientemente desarrollado. Además para el buen desarrollo del pertinente estudio de mercado y propuesta de posicionamiento competitivo y testeo del producto se necesitarán al menos dos meses de trabajo.
Ciertamente siendo consultor estratégico puede concluirse que las tres medidas favorecen de alguna forma a mi sector. Pero es que cada vez estoy más convencido de que la mejor manera de favorecer la salida y el éxito de los nuevos proyectos es inyectarles en vena una dosis correcta de experiencia y profesionalidad que no reste al proyecto ni independencia ni frescura, pero que facilite al emprendedor la información necesaria para que el plan de empresa sea completo, realista y convincente, única forma de que, entre otras cosas, consiga la financiación necesaria.