Muy interesante me ha parecido el artículo publicado en el día de hoy en el cinco días. EL artículo redactado por la periodista Ana Muñoz Vita, sobre las profesiones del futuro y titulado “Los arquitectos y los filósofos estarán entre los puestos más demandados”.
El artículo reflexiona sobre el informe EPyCE 2018 (Perfiles profesionales y competencias más demandas por las empresas), que ha sido redactado por Pilar LLácer, profesora del EAE Business School.
Ya hace años que observamos que surgen nuevos oficios, integrados o no en el organigrama de las empresas. Los coachs, los influencers, o los community managers, que han aparecido en los últimos años, y de los que todavía no hubo tiempo de nombrar en castellano, son una pequeña muestra de los que a la sombra de la tecnología, el medio ambiente, la robótica o el marketing digital necesitarán las empresas en los próximos ejercicios.
La velocidad en la creación de nuevos oficios es cada vez mayor y precisa de mayor especialización y de otros aprovechamientos de las capacidades de las personas, lo que en mi opinión resulta apasionante y genera muchas oportunidades.
En su informe, Pilar LLácer señala dos nuevos campos en los que las grandes organizaciones están necesitando talento. El primero tiene que ver con el diseño en 3d y en la internet de las cosas se requieran arquitectos, y en los campos de la privacidad y de la seguridad se precisen expertos en ética fundamentalmente provenientes de la filosofía.

Me alegra que dos profesiones tan determinantes en el desarrollo de las civilizaciones y la humanidad encuentren nuevas vías de desarrollo, y más con lo denostadas que han estado en los últimos años. Y me alegro, entre otras cosas, porque mi hijo mayor se acaba de licenciar en filosofía sin saber, que sus conocimientos iban a ser tan valorados por las organizaciones e iba a convertirse en una de las profesiones del futuro
Así, capacidades y talentos de visión espacial, ergonomía y diseño que se supone tienen los arquitectos, o la capacidad de reflexión, de comparación y de solución de conflictos que se suponen ihherentes a los filósofos vuelven a ser necesarias en las organizaciones.