EL gráfico que sirve de cabecera de este post explica a mi entender una de las razones más claras de la baja competitividad de nuestras empresas y de los problemas estructurales de paro que tenemos en España.
EL gráfico pertenece a un artículo publicado hoy en el diario Cinco Días titulado “la contribución fiscal dela empresa española es superior a la media de los países de la OCDE”, por la redactora Laura Salces Acebes
El artículo incide básicamente en que la contribución fiscal total que pagan las empresas en España respecto de su porcentaje de beneficios es del 47%, solo por detrás de Alemania, Italia y Francia, que lidera el ranking con un destacado 60,5%. La media del G20 es de 46,6% (prácticamente idéntica a la española) y la media mundial es bastante inferior, del 40,4%.
Pero creo que lo más relevante del gráfico no está precisamente en la suma agregada sino en la comparación de cada tipo de contribución.
Así, España es el segundo país con el impuesto de sociedades más bajo (detrás de Canadá, cuyo modelo es radicalmente diferente al nuestro ya que las empresas tributan menos de la mitad que las españolas) y el segundo país con las cotizaciones más altas por detrás de Francia.
Seguramente el discurso de nuestros políticos se quedará en lo primero, pero… ¿qué implicaciones tiene lo segundo? Pues que las empresas tributen más cotizaciones sociales parece ser directamente proporcional a la tasa de paro.

Fuente: Eurostat Get the data Created with Datawrapper
Los datos me parecen evidentes: los países con la cotización social más alta son Francia (47%) España (35,7%) e Italia (25%) son los líderes en tasa de Paro con un 9,2%, 15,9%, y 11,2% respectivamente.
La diferencia de tasa de Paro entre España y Francia se equilibra con el hecho de que en Francia hay un 7% más de funcionarios públicos que en España.

Creo que la razón de esta proporcionalidad es comprensible: el impuesto de sociedades afecta a los beneficios, y no a las empresas que no lo generan, mientras que las cotizaciones afectan a todas las empresas.
Si contratar personas es caro, no tanto por el salario, sino por las cargas sociales, muchos empresarios no arriesgarán, mientras que si esa carga fuera inferior, aunque hubiera que compartir parte del beneficio final, las contrataciones resultarían mucho más interesantes.
Sin duda hay más factores que afectan a la contratación pero este es uno clarísimo y tristemente creo que ningún partido aboga por reducirl de forma decidida el tramo de cotización social soportado por las empresas. Una vez más… los intereses electorales y el cortoplacismo.