Desde luego los líderes políticos han tenido una verdadera prueba de fuego en los dos últimos años con sus decisiones sobre el coronavirus. Han tenido que tomar medidas excepcionales que tienen daños colaterales difíciles de medir en el aspecto económico, en el de los derechos fundamentales de las personas e incluso han podido perjudicar el físico y la moral de generaciones completas.
Creo conveniente empezar por situar el impacto sanitario del coronavirus en cifras. Es España, según datos del INE, el año de mayor impacto de la pandemia fue 2020 con algo más de 54.000 muertos, a los que este año no llegaremos. Esto solo supone el 12,6% de las muertes anuales (427.000 en 2018) y menos de la mitad de los españoles que anualmente mueren por tumores (112.000) o por enfermedades coronarias (120.000). Desde luego estas cifras no son proporcionales a la concentración mediática que el virus ha provocado. Sería diferente si cada vez que en la tele nos cuentan que han fallecido 700 personas por coronavirus continuaran diciendo y 1.400 por cáncer y 1.500 por enfermedades del corazón.
Es evidente que tratándose de una enfermedad infecciosa los líderes se vieran obligados a tomar medidas para evitar el colapso de las infraestructuras sanitarias. Pero ahora, con más del 70% de la población vacunada, es seguramente el momento de ver el problema con objetividad y medir el impacto económico y psíquico que la pérdida continua de derechos fundamentales está generando.
Intentando comparar los resultados de las políticas de los líderes de los países más grandes del mundo occidental he confeccionado una tabla para comparar el impacto del COVID desde dos vertientes:
- Mortalidad: Número de fallecidos por millón de habitantes hasta la fecha por país. Datos extraídos de diario.es
- Economía: Pérdida de Producto interior bruto en el ejercicio 2020.
De ambos parámetros he obtenido la media y calculado el porcentaje de desvío sobre dicha media. Los resultados de la tabla son los siguientes:

Teniendo en cuenta que cada país es un caso y que para concluir habría que analizar cada uno y sus excepciones creo que se pueden proponer las siguientes conclusiones:
- Los resultados más equilibrados, y por tanto los mejores son, sin duda, los de Alemania. Tienen un 34,12% menos de mortalidad que España (31.050 muertos). Además, su economía se ha desinflado un 5,9% menos que la española. Esto supone una diferencia en dinero por persona de 1.534 euros…nada menos. En mi casa, que somos 4 hemos perdido 6.136 euros más que una familia alemana de 4 miembros con la pandemia.
- El resto de países de Europa occidental presentan resultados muy similares, con 1.900 fallecimientos por millón y un 8,5% de pérdida del PIB. En este paquete entran España (algo menos de fallecidos, algo más de pérdidas), Italia, Francia, y Reino unido. En todos estos países tenemos progresistas y conservadores gobernando. Por tanto, los resultados poco tienen que ver con las políticas progresistas o conservadoras.
- La política negacionista de los líderes brasileños ha conseguido disparar la mortalidad a cambio de minorar a la mitad la caída del PIB respecto a sus cercanos Argentina y Méjico. Aún así, el impacto económico ha sido mayor en Brasil que en Polonia o EEUU que tienen proporciones de mortalidad mucho más presentables.
En conclusión, si los resultados no tienen que ver con políticas progresistas o conservadoras, si las políticas negacionistas han ocasionado más fallecidos pero no han paliado en exceso el impacto económico… ¿cómo ha conseguido Alemania semejantes resultados?
Creo que la respuesta es clara. La diferencia está en el liderazgo. Merkel piensa en su país por encima de intereses partidarios o personales y los alemanes creen en ella y actúan en consecuencia. Al menos, le hacen mucho más caso que en el resto de países hacemos a nuestros líderes… que, sin duda, son mucho menos líderes que Merkel.
Resumiendo, en España (y otros tantos países) cada vez creemos menos en nuestros líderes, nos salen caros y están deslumbrados por el poder que les ha dado la pandemia para recortar derechos sin temor. Estando vacunados más del 70% de los paisanos, es el momento de exigir que nos dejen vivir ya en paz y nos den vacaciones legislativas.
Un ejemplo final, el fútbol: Liga inglesa: 100% de aforo, sin mascarilla y viajando a ver a su equipo a otro estadios. La tasa de incidencia actual del virus en Inglaterra es inferior a la española. Los clubes españoles pierden competitividad y los ciudadanos españoles derechos. Señores líderes de diseño, presidentes de gobiernos y comunidades autónomas: cada vez les hacemos menos caso, y si ustedes no cambian podemos tener otro problema, seguramente más grande.