Según publicaba el periódico Levante en octubre de 2020 al inicio de la pandemia fallecían en las UCI un 33% de los ingresados por covid. Sólo 6 meses después la misma proporción había bajado al 15% y seguramente hoy sea mucho menor.
Así pues, ahora que parece que las UCIS volverán a colapsar debido en esta sexta ola de pandemia me parece muy interesante reflexionar sobre cómo deberíamos actuar con los vacunados y los no vacunados, dada la alta eficacia de los tratamientos.
Según informaba redacción médica en octubre de 2021 el 70% de los enfermos covid ingresados en UCI no están vacunados. Afirman incluso que todos los ingresados en Cantabria y en Murcia no habían recibido ninguna vacuna.
Estos datos demuestran dos cuestiones difícilmente discutibles:
- Las vacunas tienen un efecto muy positivo en minorar el efecto de la infección en los vacunados.
- Las personas que libremente decidieron no vacunarse están colapsando los cuidados intensivos.
En una sociedad libre y justa las personas debiéramos ser responsables de nuestras decisiones y si esto fuere así, en cuanto las UCIS se colapsen los médicos debieran elegir al enfermo vacunado que tenga peor diagnóstico para dejar libre la plaza a otra persona vacunada que la necesite. Es duro y es impopular, pero así creo que debiera hacerse.
Incluso debiera plantearse si los enfermos no vacunados que no fallezcan no debieran posteriormente pagar los gastos de su tratamiento.
Pero nada de esto va a ocurrir. Como mucho se abrirá un debate en los medios de comunicación que los partidos políticos aprovecharán para posicionarse cómo les convenga.
Pero ni los gobernantes tomarán decisiones valientes por muy justas que sean, ni los corporativismos sanitarios (ninguno como de los médicos) permitirán que nadie se entrometa en sus sistemas. Así, en las UCIS funcionará la cola…igual que las que hemos hecho millones de españoles sin rechistar para vacunarnos.
Estos corporativismos están provocando enormes tensiones, entre otras cosas, porque no han dejado apoyar a personal afín como veterinarios o farmacéuticos (que habrían podido vacunar, hacer test…) persiguiendo lo de siempre, mantener los privilegios y que se aumenten las plantillas.
Por poner otro ejemplo: nadie puede creer que no hay personal administrativo en otras administraciones públicas que haya podido apoyar en esta sexta ola para evitar el desastroso trato de tramitación de las estadísticas, las comunicaciones con los enfermos y las bajas laborales. Si no se he hecho es porque alguien no ha querido.